15.1.13

La fuerza de gravedad en la academia jurídica

¿Cuánto de la fuerza de gravedad del Derecho puede desafiarse desde la academia jurídica?

En su capítulo sobre la dificultad del disenso desde la academia jurídica, Richard Pildes* discute la importancia social de que quienes se ubican desde la academia jurídica cuenten con una libertad crítica robusta, lo que, entre otras cosas, es la justificación principal para contar con permanencia y un ámbito amplio de libertad académica. Eso, dice, forma parte de la protección de la crítica en una sociedad democrática. De hecho, Pildes identifica el espacio de la academia jurídica como el principal (al menos en el contexto de EEUU) desde el cual hacer una mirada crítica a los diseños institucionales, a la política pública y al andamiaje jurídico, y para lanzar cuestionamientos a los puntos de vista dominantes y ortodoxos. 

Sin embargo, señala Pildes, lo anterior se dificulta por la relación estrecha que tiene la academia jurídica con el poder. Pildes expone varios asuntos que dificultan la crítica y el disenso necesario desde la academia jurídica. Reseño y comento algunos puntos: 

-La idea del expertise jurídico y profesional- En muchas ocasiones esos mismos académicos del Derecho son 'los expertos' que a su vez recomiendan o diseñan las políticas públicas y los arreglos institucionales. Evidentemente, esto tiene implicaciones sobre el quehacer académico e intelectual en el ámbito jurídico.

El autor discute la importancia de que expertise jurídico también funcione para ejercer la disidencia y convertirse en una voz crítica. Esto último está innegablemente limitado por los espacios profesionales desde donde el o la académica del Derecho ejerce la profesión, si la ejerce, y las relaciones de poder que sirven de escenario en ese ejercicio profesional. 

En efecto, el expertise jurídico es después de todo, un asunto innegable e importante para una disidencia robusta de ese quehacer y útil desde otros ámbitos de la vida social. Yo añadiría que conocer la lógica del pensamiento jurídico es sin duda parte vital para una voz fuerte desde ese ámbito pues el Derecho es una de las fuentes de autoridad, poder y legitimación de discursos y productor de verdades. No obstante, por lo mismo, para el o la académica del Derecho es importante poder identificar cuándo se actúa desde la lógica interna de autoridad de ese expertise jurídico y reconocer cuando éste interfiere con otras formas de concebir y pautar la discusión y la razón pública.

-Asesorías y Representación-  Para acercarnos al Derecho como un área del saber hay que hacer una distinción importante: la academia jurídica tiene una dimensión profesional. Mientras más comprometidos están los académicos del Derecho en el ámbito de la profesión, es decir, en su ejercicio, más oportunidad tienen de influenciar en la toma de decisiones pero más cerca están del poder y por ende, más lejos de cuestionarlo e incomodarlo. Esto es particularmente así en circunstancias en que profesores y profesoras de Derecho llevan una práctica de litigio constante y por ende, presentan recursos ante los tribunales, cuentan con contratos de asesoría y representan a sectores ya sea del gobierno o privados. 

-Nombramientos públicos, partidos políticos o asesoría en estos ámbitos- Muchos académicos del Derecho se ubican, además, como parte de la asesoría o candidaturas de partidos políticos y en puestos públicos.  Aunque evidentemente, contar con estas experiencias podría beneficiar la academia y enriquecerla con experiencias y diversidad en el quehacer académico-jurídico, la continuidad de esa práctica a la par del quehacer académico, limita el ámbito y alcance del ejercicio crítico y compromete parte de la expresión de la disidencia en el ámbito público y del quehacer crítico intelectual. 

-Expectativas y exigencias utilitaristas- Aunque el autor lo menciona muy somera y tácitamente, es un asunto que merece un tratamiento especial en otro momento: se trata de la concepción del académico del derecho como experto o experta que diagnostica problemas y emite soluciones y recomendaciones (e.g. ¿Qué dice la ley? ¿Qué dice la Constitución?). Esta premisa, muy imbricada dentro y fuera de la academia, diseña y presume el quehacer desde la academia jurídica más hacia la figura del abogado o la abogada experta que hacia el ejercicio intelectual de pensar el Derecho en todas sus facetas e imaginarios. En lugar del académico o académica que desafía la fuerza de gravedad misma del Derecho, el tipo de quehacer que se espera, en general, es uno "útil", pragmático, normativo, en su mayoría, lo que en gran parte lo o la mantiene como una figura de validación, con alguna capacidad crítica y cuestionadora, pero ciertamente limitada a los confines del imaginario estructural del Derecho y a su lógica y caída interna. Esto habría que discutirlo con más detalle y cuidado.

*Richard Pildes, "The Difficulty of Dissent" en Austin Sarat (ed), Dissenting Voices in American Society: The Role of judges, lawyers and citizens

Critical Intellectuals: "How can we detect these distortions?"

Seguimos con las perspectivas sobre el/la intelectual crítico/a y la figura del experto/a (Me interesa acercar esta discusión al ámbito del Derecho pero navegamos primero en el tema en sus anchas. Hay mucho que se discute sobre esto en el ámbito contemporáneo). 

Esta vez dejamos por aquí lo que Slavoj Zizek dijo sobre el particular en una conferencia en Londres el 1ro de julio de 2011 (disponible en Intelligence Squared):

"We (critical intellectuals) are rendering visible how society undermines its own basic premises. Our task is to do this. It is not even enough for a critical intellectual to say "Ohhh Communism was a noble idea and it was a simple contingent misapplication what they did to it in the Stalinist Soviet Union". Critical intellectuals should demonstrate how the distortion of a notion of a noble idea, its falsification, its misinterpretation is somehow grounded in its idea itself.

How can we detect these distortions?...

What we need is Kant's notion of "the public use of reason" as opposed to "the private use of reason".

For Kant it is not simply public talk and so on, no. Religion, law, state institutions, they all subordinate public reason to some kind of pre-established reason. For Kant public reason is the use of reason subtracted by authority and hierarchy where you can freely deploy all the consequences and so on."

Más adelante Zizek pasa a criticar los cambios más recientes en el mundo universitario y cómo se concibe la Universidad, particularmente criticó duramente la noción del espacio universitario como una fábrica de producción de expertos, para luego distinguir entre esa noción de expertos y lo que para él sería el eje principal de la vida intelectual (Foucault también hace esta distinción y traza su genealogía, lo que compartiremos en otro post):

"What is intellectual life?. A true intellectual does not resolve problems posed by others. The first step for intellectual work is precisely to reflect on the problem itself; what if the way we perceive the problem is already part of the problem? What if the way we spontaneously construct the problem (is part of the problem)?" 

13.1.13

Las portadoras de malas noticias (el intelectual público en el Derecho).

¿Qué decir de la intelectual pública en el ámbito del Derecho? Comenzamos con esta cita:

«[E]s trabajo del intelectual público ser el portador de malas noticias – no de cinismo – pero de verdades difíciles que atraviesan las líneas de afiliación política y entusiasmo, que pueda ponernos en contra de aquellos con los cuales preferiríamos estar en armonía, y que pueda, de tiempo en tiempo, dar municiones a aquellos que preferiríamos ver desarmados.»  Lo que es sorprendente en el presente contexto es lo remota que es esta definición de la auto-concepción del abogado – cuan inadecuados son entonces la mayoría de los abogados, incluso los abogados académicos, para jugar el rol del intelectual público.”

-R. Posner en Public Intellectuals: A Study in Decline (Harvard University Press, Cambridge, Mass. pág. 17 (2001), página 386, citando a Jean Bethke Elshtain, “Comments on the Public Intellectual for Celebration of 50th Anniversary of Basic Books”.

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